14 de octubre de 2025

La Perla del Pacífico reafirmó su espíritu libertario en una sesión solemne multitudinaria

Por primera vez en la historia, la Sesión Solemne por la Independencia de Guayaquil se realizó al pie del Palacio Municipal, en la avenida Malecón y calle República de Guayaquil. El lugar elegido no fue casual: allí mismo, en la antigua Casa Consistorial (hoy sede del Palacio), se firmó el acta del 9 de Octubre de 1820.

Desde las primeras horas de la tarde, miles de ciudadanos comenzaron a congregarse en los alrededores. A las 14:00 el público llegaba poco a poco, y para las 17:00 la avenida estaba llena a lo largo de siete cuadras. El alcalde Aquiles Álvarez arribó a la altura de la calle Loja y caminó entre la multitud, recibiendo muestras de afecto, abrazos y felicitaciones.

Se estima que cerca de 90 mil personas participaron en este hecho histórico que reunió a concejos barriales, asociaciones de comerciantes y familias guayaquileñas. Durante su intervención, el Alcalde repasó los avances de su administración y evocó el civismo y la fuerza del carácter guayaquileño.

Las palabras del Burgomaestre generaron una fuerte conexión con el público. El asambleísta Raúl Chávez destacó que el alcalde “logró demostrar su temple pese a la situación política y social, y eso genera identificación con la ciudadanía”. Añadió que “el guayaquileño siempre es luchador. El guayaquileño va a tratar siempre de salir adelante. Estamos pasando por un contexto terrible. Sin embargo, el guayaquileño es resistencia, el guayaquileño es madera de guerrero y está listo siempre para salir a defenderse”.

La vicealcaldesa Tatiana Coronel coincidió en el sentir ciudadano: “Nos vamos con el corazón lleno, con un discurso que nos llenó el alma, que nos emociona y que muestra lo que es el guayaquileño. El guayaquileño es un guerrero, un guerrero de verdad, una persona que se mantiene de pie pese a todas las adversidades, y lo acaba de decir nuestro alcalde”.

En la misma línea, la concejala Emily Vera resaltó: “Bastante emotivo, bastante combativo y bastante rebelde, porque Guayaquil es así, es rebelde”, refiriéndose al discurso del burgomaestre. La jornada cívica, cargada de simbolismo, reafirmó la identidad y el orgullo de un pueblo que celebra su independencia con unidad, fortaleza y esperanza.

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